- Área: 652 m²
- Año: 2007
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Fotografías:Gonzalo Puga
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Proveedores: Budnik
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este proyecto ganó un concurso de licitación pública para un restaurant en el Parque las Américas llamado por la Municipalidad de Vitacura en Santiago el año 2005.
El Mestizo está ubicado en el extremo nororiente del parque en construcción diseñado por el arquitecto Teodoro Fernández. Ocupa un rincón frente a extraordinarios jardines de agua, encajonado entre una colina-mirador y el andén peatonal que corre a lo largo de Avenida Bicentenario.
El primer proyecto para el concurso consistía en armar un artefacto constructivo con restos de imaginarios tomados literalmente de otros lugares. Es así como en la maqueta de prueba se unían un flotador para niños que sería la techumbre de membrana de poliéster revestida en PVC inflada del salón; vigas de regadío industrial para el soporte perimetral de dicho techo y unos granitos de sujeción transportados desde la cantera de la Obra. El artefacto perseguía generar un ambiente en base a la interpretación de los pesos físicos y densidades particulares de cada elemento. Todo estaba pensado para crear un pabellón de extrañamiento, una Folie como aquellos que aparecen de improviso en los parques históricos: el pabellón chino, el japonés, el griego, el pabellón de los pájaros...
Esta versión, aprobada por el cliente, no llegó a puerto porque se supuso que la Municipalidad no aceptaría este artefacto de material socialmente efímero. Decidí cambiar los pesos y los imaginarios, sin cambiar el concepto de extrañamiento inicial: pusimos vigas maestras de hormigón armado negro asociadas a losas del mismo material -su forma la obtuvimos de algunos grafitis urbanos-. Estas losas son el cielo “falso” del recinto y desde las vigas descienden apoyos hasta tocar en lugares estratégicos granitos de diversos tamaños, alturas y pesos -hasta 10 toneladas-. Por fortuna, el nuevo modelo le debe mucho a los primeros pabellones de Sverre Fehn y me atrevería a decir que ocupa el mismo sistema proyectual que Josep Quetglas detecta en una construcción de B.Lubetkin, sólo que aquí en Chile las cariátides se han cambiado por granitos cordilleranos:
“Ese acercar cosas de procedencia formal discordante es un procedimiento común en Lubetkin. En Highpoint II, la atrevida y delgada placa de una marquesina de hormigón era sostenida por dos estatuas, reproducciones de las cariátides del Erecteión. Lubetkin lo explicaba reconociendo que cualquier sostén de la losa de hormigón era una pérdida, frente a la capacidad formal de la losa de sugerir un voladizo tenso y sin apoyos. Un modo de invisibilizar el soporte era disolverlo ópticamente entre los elementos del jardín, vistos a través y junto a la marquesina. En los jardines hay estatuas. Las cariátides forman parte del jardín, como los arbustos o los parterres, y sólo la casualidad las ha hecho coincidir con la marquesina, hasta colocarse y encajar justamente bajo ella. Su cortesía les impide reparar en el contacto, y nuestra mirada sabe segregar las partes: unas hacia el jardín y otras hacia el edificio.”